
La diversidad, la equidad y la inclusión, DEI, se han convertido en una realidad crucial y transformadora en el lugar de trabajo y en nuestra sociedad. Muchos empleadores, están adoptando DEI y han realizado cambios en sus procesos de reclutamiento y contratación.
DEI ayuda a que estos procesos busquen un conjunto diverso de candidatos para oportunidades laborales dentro y fuera de la empresa para establecer un lugar de trabajo diverso e inclusivo con igualdad de oportunidades y un equipo de liderazgo diverso, donde sientan que pertenecen.
Deseando que la fuerza laboral tenga un fuerte sentido de pertenencia que impacte positivamente en su felicidad y compromiso, lo que a su vez aumenta su productividad y la probabilidad de permanecer más tiempo en la organización.
Una estrategia que contemple DEI es vital para crear y mantener un lugar de trabajo exitoso; uno basado en el principio de que todas las personas pueden prosperar personal y profesionalmente.
Si bien la pandemia ha cerrado las puertas a muchas empresas, ha abierto una ventana a una conciencia más conectada y a nuevas conversaciones más elevadas que hablar sólo de ventas, productos, servicios y márgenes.
Este momento de pausa obligada ha cambiado el enfoque estratégico para muchas empresas y personas.
Para los problemas que han estado ocurriendo en la sociedad durante generaciones, este parece ser un momento para alinear desafíos y problemas, asignaturas pendientes con una nueva acción.
Los extremos en la política, la polarización en medio de una crisis de salud global, nuevas demandas sociales y un crack en un modelo que busca evolucionar han generado una fórmula para el cambio.
Durante los últimos meses, la cobertura de noticias sobre inclusión e igualdad ha crecido exponencialmente.
La sociedad se moviliza, inquieta a veces, disconforme otras, indignada muchas, incluso preocupada.
La crisis ha aumentado el compromiso y la sensibilidad de los clientes y consumidores y esas creencias y valores se han vuelto cada vez más importantes para dónde, qué, cómo y a quién comprar.
Hay causas que para muchos consumidores son un puerto seguro en un mundo incierto y complejo.
¿Existe conexión entre DEI y branding y marketing?
Ser inclusivo en la publicidad no solo es una actitud social y moralmente correcta, también es buena para el retorno de la inversión (ROI) de la marca. Según los datos del Global MONITOR, de Kantar, el 65% de los consumidores consideran importante que las empresas a las que compran fomenten activamente la diversidad y la inclusión en su propio negocio o en la sociedad en su conjunto.
Si bien DEI ayuda a moldear culturas empresariales para que sean más diversas, equitativas y justas, el marketing multicultural inclusivo tiene como objetivo hacer crecer el negocio mediante la inversión en investigación e iniciativas estratégicas para comercializar auténticamente a audiencias multiculturales.
El consumidor no desea que las marcas se esfuercen por ser más inclusivas únicamente con fines publicitarios.
El marketing multicultural es un nicho dentro del marketing que hace crecer los objetivos de marketing de una marca dentro de una audiencia étnica / racial claramente definida, como hispanos, afroamericanos, asiáticoamericanos. , LGBTQ + o incluso BIPOC (Black, Indigenous, and People of Color) y segmentos no multiculturales también. Esto obliga automáticamente a este equipo a tener la intención de conocer las motivaciones, las aspiraciones y los impulsores de compra de este público objetivo para el producto o servicio de la marca.
Las marcas y los lugares para comprar y recrear están delimitados por los propios principios de los consumidores y son vistos por ellos como un reflejo de sus valores.
Valores que recogen inquietudes medioambientales, sociológicas, psicográficas, geográficas, incluso de estilo de vida. Estos se definen cada vez más por el cómo casi tanto como el qué de las compras.
Pero si esa experiencia se vuelve impersonal, o fingida, tratando de ser todo para todos, o simplemente por seguir una ola sin creer en su esencia, la marca o el lugar quedan fuera de esa frontera.
Este es el momento, y aquí es donde las empresas basadas en misiones pueden prosperar.
Según Kantar 7 de cada 10 consumidores a nivel global cree que la diversidad de ideas es necesaria para que un país progrese y 6 de cada 10 piensa que las marcas que compran tienen que actuar para que la sociedad sea más justa e inclusiva.
Impulsados por una misión, creyendo en un propósito, abrazando la ética y el espíritu de la marca son una parte importante de una visión a largo plazo.
La diversidad, la equidad y la inclusión, DEI, y las plataformas de valor para las empresas ya no se basan simplemente en el deseo del consumidor, sino que ahora también son un mandato de inversión.
Temas importantes como el cambio climático y la justicia social serán una parte central de toda toma de decisiones.
Asimismo, más mandatos internos en torno a la cultura serán cada vez más importantes a la hora de contratar y retener talento.
De manera honesta, comprometida, genuina, y no sólo solo para un buen comunicado de prensa.
¿Veremos un cambio en la forma en que las marcas se miden en función del cambio y las experiencias humanas?
Todas estos movimientos tectónicos, nos han abierto a nuevas ideas. Las marcas deben reevaluar cómo se ve el éxito desde hace apenas un año. Dadas todas estas demandas y perspectivas, sería poco realista pensar que pasaríamos de una medición basada en métricas directamente a una basada en valores.
De hecho, habrá una transición. Aún así, todos debemos preguntarnos, ¿cómo llevamos el cambio a nuestras organizaciones? Ahora no es el momento de intentar resolver todos los desafíos para siempre. Es el momento de probar y evaluar. Este será un año de nuevas ideas y experimentación.
Muchas de las marcas más influyentes están abordando el tema de forma honesta y transparente. Asumiendo que es necesario desarrollar planes estratégicos que no se enfoquen sólo en la publicidad, sino en todas las áreas del negocio, para que el compromiso se plasme en acciones concretas que promuevan una empresa que contribuya a una sociedad más diversa e inclusiva
DEI
La diversidad es donde todos están invitados a la fiesta.
Equidad significa que todos pueden contribuir a la lista de reproducción
La inclusión es cuando todos tienen la oportunidad de bailar.
Imaginemos que estamos en el comité de planificación de esta fiesta con el objetivo general de aumentar la venta de entradas. Piense en algunas de las preguntas que quizás haya tenido que resolver como comité antes de enviar las invitaciones.
Siempre volvemos al comienzo: el brief
Las buenas preguntas casi siempre traen aparejadas buenas respuestas. Y sobretodo claridad acerca del qué, el cómo, el cuándo, el por qué y el para quién.
¿Cuál es el objetivo de este evento?
¿Por qué lo hacemos?
¿Por qué la gente debería querer venir al evento?
¿Existen diferentes motivaciones para los diferentes asistentes?
¿Cuál es el resultado deseado del evento?
¿El evento debe tener un tema? Si es así, ¿qué tipo de temas deben considerarse que seán de interés para todas las personas que invitamos?
¿Cómo promocionar nuestro evento?
¿Qué canales debemos activar para promocionar este evento y apuntar a los invitados donde consumen contenido?
¿A quién queremos en el evento que represente la cultura de nuestra empresa y cumpla con nuestro objetivo?
¿Deberíamos tener más de un evento para diferentes públicos?
¿A quién necesitamos que esté representado para asegurarnos de que la lista de reproducción sea diversa y satisfaga a todos nuestros invitados?
¿Cómo podemos aumentar las ventas entre las comunidades que reflejan los valores de nuestra empresa, que queremos mostrar?
Un cambio en positivo
Las marcas inclusivas influyen en la decisión de compra de las personas
Muchos consumidores modifican la perspectiva que tienen sobre una marca cuando ésta habla (y sobretodo actúa) abiertamente de la diversidad.
Los empleados, clientes y usuarios ya no se conforman con un tratamiento superficial de estas temáticas y demandan que las empresas hagan mayores esfuerzos a la hora de representar a todos los sectores de la sociedad. La representación no sólo es vista como algo positivo en cuanto a lo reputacional, sino que tiene un impacto clave en la decisión de compra.
En los últimos años hemos sido testigos de nuevas y viejas demandas. De viejas y nuevas causas. De nuevas y viejas amenazas. Todo, como en cambalache, sobre el tablero de la «nueva normalidad”.
La igualdad de género, el calentamiento global, la lucha contra la corrupción, la sostenibilidad, las fake news, el populismo, mayor compromiso social, movimientos sociales, nacionalismos, la pobreza, los escándalos políticos, por mencionar algunos. Y por supuesto la desigualdad, la injusticia y la exclusión.
DEI puede no sonar nuevo, pero es su momento, y eso es lo que la hace relevante en estos tiempos de paradigmas cambiantes en los que cambia todo, pero lo esencial sigue siendo básico.