
No hay nada más invisible que lo obvio, que aquello que está justo delante de nuestras narices. En los últimos días he intentado desenfocarme de lo urgente para enfocarme en lo obvio, en aquello que precisamente por obvio, ignoramos.
Las obviedades parecen no estar conectadas, pero sólo parece. El ciudadano de la era digital tiene una limitada capacidad de sorpresa. Todo parece “normal” y pocas situaciones impactan en su curiosidad. Esta normalidad, mal entendida, nos aleja de grandes hitos de nuestra civilización que están sucediendo en tiempo real y también de aquellos saltos hacia el futuro, que por obvios tendemos a ignorar.
En días pasados decidí salirme de la vorágine de esta ola gigante de ruido que nos vomita internet para hacer foco en aquellas cosas que de verdad impactan en el presente y sobretodo en el mañana.
El espacio como la curiosidad parecen infinitos.
Hablando del mañana, la NASA convocó a una conferencia de prensa que presagiaba grandes noticias. Y la agencia no defraudó: anunció que encontró al menos 7 planetas del tamaño de la Tierra orbitando una misma estrella. Están apenas a 40 años luz de distancia de nuestra Tierra, pero el descubrimiento es especialmente apasionante inusual pues los planetas tienen la combinación de ser similares en tamaño a la tierra y templados, lo que significa que pueden tener agua en sus superficies y ahora viene lo más importante: potencialmente podrían albergar vida.
Otro hecho destacado, más cerca de nuestra estratósfera fue el comunicado por el CEO de Space X, el incombustible Elon Musk: que anunció que enviará a dos turistas a un viaje alrededor de la Luna en 2018. Ambos candidatos han pagado un depósito significativo por dicho viaje de aproximadamente 7 días. La empresa no sólo realiza viajes espaciales sino que continua como proveedor privado transportando al espacio en un cohete no tripulado alimentos y equipamiento para la Estación Espacial Internacional. La “privatización” del espacio marca otro gran hito, ya que el espacio dejó de ser un lugar exclusivo de los estados.
Estatuas de oro y video.
Es inevitable en un mundo hiper conectado filtrar el 100% del ruido, por lo que no pude evitar enterarme de la entrega de los premios Oscar. Siguiendo cerca de las estrellas, pero en este caso estrellas terrenales, la 89º edición de los Oscar en el Teatro Dolby de Los Ángeles, fue también testiga de un cambio de era.
Esta edición de 2017 fue de las más comentadas de la historia por el tremendo papelón del anuncio de la mejor película. Pero no pretendo agregar un gramo más de tinta a dicho hecho sino al que para mí es más relevante. Dos “outsiders” como Netflix y Amazon se hicieron con estatuillas. Netflix + Amazon pasaron de recibir cero nominaciones en 2013, a 1 en 2014, 1 en 2015, dos el año pasado y 10 para esta edición de 2017.
A los clásicos como Paramount Pictures, 20th Century Fox, Columbia Pictures, Metro Goldwyn Mayer o Miramax se sumará la sonrisa de Amazon Studios y la pantalla roja de Netflix.
«En 10 años todo el contenido de la televisión estará en internet» vaticinó Reed Hastings fundador de Netflix desde Barcelona en el Mobile World Congress. Se estima que para el año 2019 el 80% del tráfico de Internet será vídeo. En estos mismos días, y sin salir de la pantalla, YouTube confirmó oficialmente, que ya vemos más de mil millones de horas de video por día. En Diciembre de 2014 veíamos unas 300 millones de horas, en Julio 2015 superábamos las 500 millones, para llegar a febrero de 2017 con este hito de los 1.000 millones.
YouTube propiedad de Alphabet fue una de las grandes empresas tecnológicas que se movilizaron antes las nuevas iniciativas gubernamentales de restringir el acceso al país a personas de diferentes orígenes. Sobre diversidad y talento, la mayoría de dichas compañías tecnológicas, Amazon, Apple, eBay, Yahoo! (ahora Altaba), Google, Facebook, Oracle, IBM, Uber, o Tesla, por mencionar a algunas. Fueron fundadas por primera o segunda generación de inmigrantes.
Casi tan invisible como una bacteria.
En plena paranoia por un posible atentado bacteriológico, avivada por el asesinato del hermanastro de Kim Jong-un con el agente VX catalogado como un arma química por la ONU o dicho en otras palabras como arma de destrucción masiva, la OMS anunció las 12 familias de bacterias más peligrosas para el ser humano. Todas las bacterias no son malas, de hecho un ‘hombre promedio’ tiene aproximadamente unos 30 billones de células humanas y 39 billones de bacterias.
Pero las superbacterias anunciadas son inmunes a los fármacos conocidos gracias a mutaciones espontáneas y podrían matar a más de10 millones de personas cada año a partir de 2050. Para evitar este escenario, la Organización Mundial de la Salud ha instado a trabajar “urgentemente” en el desarrollo de nuevos antibióticos. Será la única manera de evitar que las 12 familias de bacterias más peligrosas para la salud humana cumplan con su cometido. Mientras leía esta información pensaba en como los malos podrían hacer uso de estas superbacterias. Y no fui el único que lo pensó, Bill Gates mencionó que un nuevo tipo de terrorismo bacteriológico podría matar a más de 30 millones de personas (casi 7 veces la población total de Irlanda) en menos de un año . «Y no estamos preparados», remató.
La paz es esquiva.
Desde aquellos planetas lejanos, a 40 años luz de distancia llegamos a Suiza, dónde el diálogo de paz para Siria se reanudó sin una solución inmediata a la vista. Se espera que de estas negociaciones entre la oposición y el régimen sirio se allane el camino a unas rondas más sustanciales y que acaben por fin con esta inhumana contienda.
La naturaleza sigue siendo sabia.
Finalmente en la manzana de mi oficina el Ayuntamiento de la ciudad comenzó con la tala de ramas de los árboles más grandes del Paseo de Pintor Rosales. La apariencia de los árboles tras la poda es desoladora; sin hojas y ahora con menos ramas, parecen tristes. Pero no, me dice un señor de uniforme de poda con motosierra en la mano, parecen tristes pero no. Así crecerán más fuertes, más sanos. A veces hace falta quitar lo que no sirve, para que lo que sirve crezca con más fuerza. Es obvio, ver y mirar son cosas distintas.
Y es obvio que hay más que ruido para entender donde estamos y hacia donde vamos.
Claro, me dije, es como el ruido que nos ensordece y enceguece cada día. Deberíamos recortarlo, podarlo para poder ver mejor lo obvio, aquello que de verdad nos conecta con lo humano. Abrir los ojos como los astronautas del Apolo XI. Ver lo obvio para viajar imaginariamente al espacio llevando las esperanzas y los sueños de toda la humanidad, impulsados por el espíritu humano universal de la exploración. Sigamos explorando lo obvio que es donde encontraremos muchas de las respuestas que no encontramos por no buscar mejor, por no explorar donde corresponde.
Me gustó mucho ,La reflexión que deja lo obvio como fuente de sorpresa gracias