La mayoría de CEOs empieza a asumir que para tener éxito en el mundo de los negocios hay que tener una gran marca. El Branding no lo hace fácil lo hace posible. Y cuánto más conozco al/la CEO de una empresa más entiendo el éxito o el fracaso de su marca.
Las grandes marcas alcanzan su estatus icónico, se transforman en un TOTEM post moderno, cuando una empresa comprende, siente y vive su marca, y cómo esta debe influir en el funcionamiento diario del negocio.
Es mucho más que la percepción que las personas tienen de su organización y de sus productos. Es el alma, es la personalidad de su negocio y, por lo tanto, tiene que manifestarse a través de todo lo que hacen y de todos los que hacen.
La construcción de marca necesita una mentalidad y una cultura de nivel organizacional, que requiere tiempo e inversión para crear. La forma más efectiva de lograr esto es definir objetivos precisos de creación de marca y responsabilidades asociadas, asignar estas responsabilidades a las personas adecuadas y empoderarlas para que hagas todo lo necesario para alcanzar los objetivos.
Esta es una etapa en la que las juntas/directorios pueden desempeñar un papel más eficaz en el empoderamiento de los equipos al brindar orientación y dirección estratégica a las personas en torno a los factores culturales y organizacionales que deben manejarse con éxito.
Muchas personas creen que la construcción de una marca es solo una cuestión de casualidad, condiciones idóneas o pura suerte. Pero nada podría estar más lejos de la realidad
La construcción de marca es una iniciativa a mediano plazo/largo plazo que requiere una comprensión y un convencimiento por parte de todos.
La compañía tiende a tener más facilidad para alinearse con un propósito, una cultura, un conjunto de valores.
Esto se debe a que una marca puede usarse como una brújula estratégica, que la guía sobre cómo tiene que construir su cultura corporativa, cómo vivir los valores y cómo extender esto a los procesos de diseño o a las campañas de marketing o comunicación, a la experiencia.
Porque una marca se construye cada día, todos los días, y cuando lo olvidas es cuando empieza la decaída.
Sin embargo, por desconocimiento o desidia, la mayoría de las organizaciones dejan sus esfuerzos de creación de marca en manos de un solo departamento, lo que a menudo genera muy pocos resultados.
Las empresas que verdaderamente han triunfado son las que han entendido la importancia de extender esta responsabilidad a toda la organización.
La construcción de la marca no trata simplemente de publicar un anuncio en el diario, una campaña en Google o colocar una valla publicitaria. Lo que la mayoría de los líderes no ven es que cada empleado tiene muchos puntos de contacto importantes con las partes interesadas que son de naturaleza compleja y tienen un impacto profundo en la marca de la empresa.
A menudo nos olvidamos del personal de seguridad en la entrada de la oficina central, el equipo de compras que se comunica con los proveedores, el personal de recursos humanos que entrevista a los candidatos o el personal de finanzas que trata con bancos o fondos.
Incluso el conductor del vehículo con la marca de la empresa se convierte en una parte vital de la historia de la marca con sus muchos puntos de contacto con las partes interesadas.
Dicho de otra manera, todas estas personas no son ya embajadoras de la marca. Son la marca.
Esto significa que hay que educar a todas las partes interesadas. Cada trabajador debe comprender cómo sus acciones impactan, cómo pueden representarla con precisión y mejorar su valor a través de su trabajo diario. Por ello, uno de los desafíos de construir una gran marca radica en lograr que toda su compañía se presente como un frente unido.
Puede tener varios departamentos que se ocupan de los clientes y, sin embargo, debe integrarse total y uniformemente en todos ellos. Así, corresponde buscar un crecimiento y un cambio que esté en línea con su propósito, su visión, su misión, sus valores y su cultura.
Esta interacción humana juega un papel importante en la construcción de la percepción. Es un medio fundamental para que las partes interesadas validen lo que la organización comunica a través de los canales de comunicación unidireccionales, a menudo inanimados e impersonales, como un anuncio o una valla publicitaria.
Los directorios, a través de iniciativas estratégicas y tácticas, deben ayudar en la creación de una mentalidad de orientación al cliente dentro de la organización.
Cómo haces sentir a tu cliente/consumidor es tu marca.
Se trata de comprender y tener la capacidad de predecir, a veces crear, las necesidades y preferencias de los consumidores.
Tener esta capacidad es fundamental para la construcción de una marca exitosa. Una marca debe ser capaz de satisfacer las necesidades funcionales y emocionales de sus consumidores a través de un posicionamiento efectivo y un desempeño excelente.
Sin conocer a sus consumidores, estos aspectos no se pueden lograr. Construyendo una cultura centrada en el cliente, tanto interno como externo resulta fundamental.
Es muy importante que la visión y la misión de hacer que la organización se centre en el cliente provenga de la junta con el/la CEO a la cabeza.
Los directorios pueden ayudar a establecer esta mentalidad crítica al facilitar la implementación de un modelo operativo que permita y brinde orientación al cliente. Este nivel de cambio solo puede ocurrir cuando las juntas reconocen la necesidad de construir una marca y las capacidades asociadas que se requieren.
Vivir la marca debe ser un ejercicio de arriba hacia abajo. Los altos ejecutivos deben defender de todo corazón lo que representa la marca y predicar con el ejemplo.
Esencialmente viendo la marca como inversión y no como gasto.
Las empresas más valiosas del mundo coinciden en algo: una marca valiosa. Una marca valiosa no es gasto, es inversión. Porque una marca valiosa: Atrae el talento Incrementa beneficios Aumenta rentabilidad Mejora la reputación Impulsa el sentido de pertenencia
Una marca no es un método de marketing, sino una herramienta incalculable para inspirar y activar su organización, generar mayores niveles de compromiso, atraer y retener talento, ampliar márgenes y tomar decisiones estratégicas complejas.
Siempre teniendo presente la importancia de creer en el propósito y vivirlo, transmitir y sentir los valores, la cultura y, en definitiva, construir una conexión real, genuina y trascendente.
Además, generando una buena experiencia del cliente y del empleado a través de la generosidad, la empatía y el compromiso.
Es bueno repetirlo: el Branding, no es un departamento, ni un cargo; son todas las personas de la empresa, desde el/la CEO hasta la última incorporación.
Por ello es menester alinear en todos los niveles y a todos los niveles de la empresa este entendimiento.
Porque es el alma de lo que hacen, de cómo lo hacen y, sobre todo, de por qué lo hacen. Cuidarla, mimarla y sentirla es parte esencial de cualquier empresa de éxito en esta nueva era.
El papel de los directorios en la creación de marcas fuertes está creciendo sustancialmente. Las empresas necesitan un liderazgo fuerte, humano, efectivo y claro desde arriba sobre cómo construir marcas sólidas, trascendentes, exitosas. La necesidad de acción nunca ha sido más imperiosa que ahora.
Los expertos en Branding coinciden: Aquellos que continúen invirtiendo en su marca estarán mejor posicionados para el crecimiento cuando la situación económica mejore que aquellos que han recortado sus presupuestos, como ya sucedió en crisis anteriores.
Excelente artículo. Ideas y conceptos bien diseñados.