
Muchos líderes empresariales están preocupados por la entrada de nuevos actores en sus sectores que están transformando los modelos de negocios. Otros líderes están re configurando el tablero creando marcas de éxito y evolucionando o disrupcionando lo que conocíamos.
Demostrando que quienes son valientes y asumen riesgos están cambiando lo que para muchos parecía imposible. Crear nuevos modelos, humanos, sostenibles, rentables, eficientes, trascendentes y relevantes.
Nadie cambia las cosas sin asumir riesgos. La última medida de un buen líder no es dónde se encuentra en momentos de comodidad y conveniencia, sino cuál es su posición en tiempos de desafío e incertidumbre.
Los líderes como los miembros de su equipo no son sólo nombres y apellidos, son personas. Son la cara humana de los negocios, las empresas, las instituciones, las organizaciones. En esencia, la esencia: las personas.
El liderazgo y el talento detrás de las marcas exitosas.
Es razonable, que muchos líderes estén preocupados por la vigencia que tendrán sus productos o servicios en los próximos tres años.
Lo que sucede es que el futuro que muchos de ellos se negaban a aceptar ya llegó.
Las principales preocupaciones de muchos de ellos no estaban orientadas a la sostenibilidad, al talento, a la responsabilidad o los valores, sino al miedo a lo nuevo y lo diferente.
Lo incierto es el fantasma de los mediocres y el refugio de los cobardes.
La educación/formación/capacitación que se imparta en las organizaciones hoy será su economía de mañana.
Invertir en talento no es lo que uno hace cuando es bueno. Es lo que uno hace para volverse bueno. Para ser mejores, hay que invertir en ello.
Este es el momento para que una nueva mentalidad para una nueva era se introduzca en las organizaciones.
El que ahorra en educación/formación está invirtiendo en ignorancia.
La carrera global se juega en gran medida en el terreno de la innovación así que el talento debería ser el verdadero motor de la transformación.
Nos movemos cada vez más desde el productivismo al talentismo.
En el talentismo el foco en potenciar el talento, fidelizarlo y desarrollarlo es clave. Para ellos es esencial desarrollar una nueva cultura organizacional, en empapar de innovación la organización, que la captación y fidelización del talento sean el resultado de un trabajo excelente.
El 75% de los empleados de las empresas a nivel global no está involucrada, comprometida, no se siente parte.
En 2025, la Generación Y, también llamada Millenials, va a representar el 75% de la mano de obra.
¿Dónde están la pasión, la emoción, los valores, las causas, el sentimiento de pertenencia?
Superar el temor a lo desconocido es la gran frontera que tendrán que cruzar para entender que el verdadero capital del siglo XXI es la mejora y el aprendizaje constante.
Huir del statu quo, de la riesgosa seguridad que ofrece el quedarse quietos. El liderazgo y el talento detrás de las marcas exitosas explican el porque se su éxito con su hacer.
Los líderes, además, deberían tener la responsabilidad de trabajar para crear o transformar marcas más conscientes, solidarias y comprometidas.
Trabajar para crear un nuevo mundo corporativo más humano.
Para dar sentido a la existencia de su marca y ayudar a mejorar y, en algunos casos, dar sentido a la vida de la gente.
También las grandes empresas deberían comprender la diferencia que existe entre lo que nunca se debe cambiar y lo que puede estar abierto al cambio, entre lo que es genuinamente intocable y lo que no lo es.
Las pocas marcas que disfrutan de un éxito duradero tienen un propósito, cultura y valores que se viven.
Mientras que los planes, las estrategias y las prácticas comerciales se pueden ir adaptando indefinidamente a un mundo en permanente transformación.
En un período de tiempo muy breve, las tecnologías de la comunicación han dado lugar a un nuevo sistema, que ha cambiado en profundidad la cultura y la economía. Se podría afirmar que estamos viviendo otro Renacimiento, donde la clave estará en el talento, la creatividad, la innovación y la capacidad de adaptarse a los cambios. O de generarlos.
Atravesamos un cambio de paradigma apasionante donde el mundo de las marcas ya nunca volverá a ser igual.
El Branding en esta nueva era es la principal diferencia entre ser reconocido y pasar inadvertido. Por eso las marcas más exitosas trabajan para que su presencia se note y su ausencia se sienta.
Las empresas navegan desde un sistema predecible a la era de la incertidumbre. La mayoría elige adaptarse a lo nuevo en vez de crearlo.
Resulta complejo para ellos poner proa al puerto correcto cuando su nave navega en océanos cada vez más broncos y salvajes llamados cambios. Sin una brújula clara llamada marca.
El miedo al cambio aterroriza a muchos directivos. A ellos les recomiendo recordar que una mente llena de miedos, no tiene espacio para la creatividad y las ideas.
El CEO de antes estaba puesto por la autoridad, los nuevos CEOs, líderes, están validados por los liderados.
Este nuevo tipo de liderazgo más humano, diverso y empático está demostrando que existe un cambio positivo posible y que abre un abanico de oportunidades para mejorar las empresas, la sociedad y el planeta.
Eso sí, con una tripulación dispuesta a seguir a su capitán navegando en un océano cada vez más bronco y salvaje para llegar a buen puerto. Al futuro.
Un futuro al que se llegará mejor con un gran liderazgo y el talento de un gran equipo detrás de las marcas exitosas que están evolucionando o disrupcionando lo que conocíamos.